![]() |
1967. Consejo Nacional de Cultura. |
Se representaron además obras tradicionales del repertorio bufo. El espiritista, de Ramón Espígul padre, dirigida por su hijo; El velorio de Pachencho, de Francisco y Gustavo Robreño con música de Manuel Mauri y Los negros catedráticos, de Francisco Fernández, con música creada por José Urfé. Extenso sería citar al resto de los autores, pero destacan Arturo Liendo, El remero respetuoso y Yo soy aquella; Eduardo Robreño, Recuerdos del Alhambra y Quiéreme mucho, con música de Prats y Eliseo Iglesias Novoa, Millonarios socialistas, La primera dama y Ah, el Escambray, entre otros.
De encontrarse los libretos, merecería un estudio más detallado. Núñez Rodríguez, en la tradición de Covarrubias, al parecer no publicó ninguno, ni siquiera su comedia "mencionada" el año del premio para El príncipe destructor, de Paquita Madariaga, que no se estrena ni conoce nadie entre los que he entrevistado. Pero ¡Gracias, doctor! mantiene una temporada exitosa en la sala Talía y se anuncia como parte del mes de teatro cubano de febrero de 1958 junto a piezas de Virgilio Piñera, Paco Alfonso, Ramón Ferreira y María Álvarez Ríos. Con Minín Bujones, Eduardo Egea, Lina Brando, Fausto Montero y Eloísa Álvarez Guedes, bajo la dirección de Reinaldo de Zúñiga Se presenta como “obra simpatiquísima, desternillante”.
No encontré ninguna reseña en ese mes pero sí a partir de julio de 1958. Antes, Núñez Rodríguez incursionó en el teatro paródico con La chuchera respetuosa, interpretada por Rita Montaner.
![]() |
1965. Manuel Vidal y Rolando de Oráa |
Si el Anckermann de Núñez Rodríguez reunió un público alborozado, recibió dardos por todas partes. Su autor los recuerda en ¡A guasa a garsín! (La Habana: Ediciones Unión, 2003), sobre todo, cuando Dios te salve... cayó en el index de los setenta. En su relato apenas alude a sus otros éxitos en el teatro, a saber su adaptación «cubana» de Aniversario de bodas, de Chodoray y Field, dirigida por Reinaldo Zúñiga con Fela Jar y Pedro Álvarez por varios meses en la sala Prometeo en 1959. Muchos de los estupendos carteles están en la colección de la Universidad de California Berkeley en colaboración con la Biblioteca José Martí. El programa existe. ¿Y los libretos?
No comments :
Post a Comment