Manuel Villabella, escritor y estudioso cubano, es uno de esos tenaces que ha dedicado su vida a la investigación del teatro cubano aunque también ha publicado cuento y teatro (Jucaral y Aventura de mambisitos, infantil), trabajado con los grupos de Camagüey, entre ellos su Conjunto Dramático y ejercitado, entre otros el periodismo y crónica. Su libro Costal al hombro (1996), profundiza en la historia del teatro en Camagüey e ilumina aspectos considerados "locales", más que valiosos, únicos, como el recuento de sus primitivos cabildos, fiestas y procesiones y el bregar de la ciudad por lograr escenarios decentes. Nos presenta a José Marty, Pepe el Cordonero, "duende invisible" de las artes escénicas en Puerto Príncipe y desentraña qué hicieron los Robreño –muy queridos desde que un naufragio trae a nuestras costas a los hijos del catalán Robreño y Tort, actor y grabador de oficio. No es mi propósito reseñar el libro, obligada referencia, sino decir algo propio sobre alguien que es más que coautor de Cuba entre cómicos... por si no llegan al final del libro con su nota biográfica.
Santiago Candamo es un fabulador de quien los españoles se olvidaron (como de Burón y Torrecillas) porque vino a hacer la América con un baúl y cuatro trastos. Cómico de la legua, actuó en muchas ciudades de Cuba y Puerto Rico, y Villabella ha logrado presentarlo convincente y ameno con datos de periódicos y legajos, como también descubrió a Antonio Hermosilla, Francisco Javier Franck, autor de El Hermenegildo y Un amigo, estrenadas en 1840, Adelita Robreño y tantos otros.
Entre sus obras más recientes hay un libro de crónicas (Sones de marimbas y güiros, publicado por la Universidad de Puebla, 2011) en el que al tiempo que vuelve sobre sus temas –entre ellos Guillén a quien ha antologado en Pisto manchego– incursiona en facetas muy poco conocidas de la música y el teatro de Cuba y México.
Mientras me congratulo de su aporte a «nuestro» libro, espero ansiosa por El negrito del sainete cubano (Premio de Teatrología Rine Leal 2013) en proceso de edición por la casa Tablas-Alarcos.
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