Lanzar la flecha bien lejos: Un ensayo de La boda

5/15/19

Un ensayo de La boda

Esta fotografía se hizo para el Mes de teatro cubano, en febrero de 1958. Adolfo de Luis, el director de La boda en Atelier conversa con Virgilio Piñera, y a ambos lados, las actrices Julia Astoviza y Consuelo Álvarez. De pie: Niso Malaret, también autor dramático y amigo de Piñera, finalmente sustituido para el montaje por Eugenio Domínguez. Lamentablemente no pude utilizarla y no por la marca de agua, sino por la resolución. Así hay otras en Piñera y Felipe: escándalo y mito.

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Comentarios, entrevistas y reseñas recientes

Juan Cueto-Roig ha escrito un comentario en CubaEncuentro sobre El teatro perdido de los cincuenta. Conversaciones con Francisco Morín.

[...]"Rosa Ileana Boudet, una incansable historiadora del teatro cubano, no cesa en su empeño investigativo, no solo de lo que ocurría en los escenarios, sino también de las vicisitudes, los logros y los reveses de dramaturgos, actores, funcionarios públicos y cuantos tuvieron que ver con las artes escénicas de nuestro país" [...].
Yoel Suárez publicó una entrevista en On Cuba: "Cuba va conmigo".
desgraciadamente el link ahora abre en otro material, a lo mejor la han quitado. Carlos Alberto Aguilera publicó "Todo está en el archivo" en Latin American Theatre Review, no disponible todavía en la red, que se encuentra en versión completa en su Incubadora.
Enrique Río Prado comentó Luisa Martínez Casado en el paraíso en la edición de la revista Tablas 1-2 2014, disponible en la internet.

[...] Luisa Martínez Casado en el paraíso es una documentada investigación realizada fundamentalmente en el extranjero. Este detalle que podría perjudicar el curso de las indagaciones sobre cualquier otro cubano, resulta una ventaja en el caso de “la Casado”, quien desarrolló en España durante diez años la primera etapa de su carrera, y en la tierra azteca conoció un segundo período de envidiables lauros. Podría asegurarse, pues, que Rosa Ileana, desde el exterior, no se vio aquejada por las limitaciones de información que solemos padecer los cibernautas cubanos. Y en cambio aprovechó algunos de sus viajes al país natal para recabar datos de primera mano sobre esta figura esencial de la escena hispana decimonónica". [...]

Dos entrevistas de Carlos A. Aguilera

De El Viajero, seudónimo de un autor en el Papel Periódico de La Havana en 1791 a Garrick en la revista Social de 1936, el libro recoge casi un centenar de escritos de teatro: crónica, crítica y gacetilla, tomados de fuentes varias, la mayoría, recopilaciones y libros y las menos, de periódicos y revistas. Desde los muchos autores anónimos que escribieron con un alias a las grandes figuras de la crónica y la crítica – Julián del Casal y José Martí– incluye a los que tuvieron por la escena una devoción más que probada, como Buenaventura Pascual Ferrer o Aniceto Valdivia, los eruditos (Mitjans, Justo de Lara y Enrique Piñeyro) cuya reflexión es más que imprescindible; Fray Candil, difícil de clasificar, Zerep, el primero en publicar un libro de crónica, pero también el aviso, la nota de ocasión, la proclama, la gacetilla, el libro de viaje, la ordenanza, la censura ácida o biliosa y la reflexión amarga sobre la censura misma y la labor crítica. No es exhaustiva ni representativa salvo del deseo de recomponer los fragmentos del pasado como una vasija rota.

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Nuevo:
Un comentario de CARLOS ESPINOSA DOMÍNGUEZ en CubaEncuentro
Un comentario de LUIS DE LA PAZ en Diario de las Américas
Nota de la contraportada
Este viaje al teatro cubano revisita la etapa de 1960-1989, convulsa y apasionante. Su autora siguió de manera puntual estrenos y festivales, conoció autores, actores y directores, participó en talleres y ensayos, bien para escribir una crónica, redactar el texto de un programa, organizar un debate, o escribir artículos dispersos en las publicaciones de esos años. Si en Teatro cubano: relectura cómplice, (Ediciones de la Flecha, 2010) estudió la escena de la República, ahora se vuelca a una experiencia que vivió de cerca.
De la puesta de Aire frío, de Virgilio Piñera, a La cuarta pared, de Víctor Varela, el recorrido abarca muchas estaciones: de la eclosión de los sesenta, las obras de urgencia, el teatro que abarrotó las salas, los grandes dramaturgos, las poéticas de socialización y los experimentos, a los años grises, el realismo estrecho, las obras malditas, las piezas negadas y los momentos de retroceso.
Crónica e interrogación, crítica y testimonio.

Ediciones de la Flecha, 2012. 297 p. paperback.

En la fotografía, arriba Ada Nocetti, Miriam Acevedo y Vicente Revuelta en La noche de los asesinos, de José Triana, puesta de Teatro Estudio. Y La vitrina, de Albio Paz, puesta del Teatro Escambray. Carlos Pérez Peña, Concha Ares y Maritza Abrahantes.

Una opinión de Antonio Orlando Rodríguez

Por la ambición con que se acerca a una gran figura de la escena hispanoamericana, por la multiplicidad de fuentes a las que echa mano para conformar un retrato de difícil materialización y por la eficaz forma en que su discurso se apropia de herramientas de la ficción, la lectura del más reciente libro publicado por Rosa Ileana Boudet me remitió, de manera muy gratificante, a la obra mayor de Leal. Sin duda, esta investigación de Boudet se inserta en la órbita de La selva oscura, toma como paradigma aquel trabajo paciente y esforzado, y contribuye a enriquecerlo y a complementarlo con hallazgos e informaciones poco conocidas sobre la vida profesional y privada de la legendaria actriz Luisa Martínez Casado (nacida en Cienfuegos, Cuba, en 1860, y fallecida en esa misma ciudad en 1925).
Antonio O. Rodríguez
Fuente: El Nuevo Herald.
Publicado el 31 de julio de 2011. Leer la nota completa.

Lanzar la flecha bien lejos

Ediciones de la Flecha

5/15/19

Un ensayo de La boda

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